Algunas antiguas sendas de montaña estaban "empedradas", evitando así que la erosión producida por los aguaceros acabara destrozándolas. Pero he aquí que una vez casi abandonados estos antiguos caminos que han llegado hasta nuestros días, seamos nosotros mismos los que acabamos con ellos. Hablo de una práctica dominguera que tienen algunos y que consiste en circular por estos caminos con motos de montaña. Ni que decir tiene que esto está terminantemente prohibido y que si les pillan serán objeto de multas muy cuantiosas, pero esto no parece importar a estos desalmados a los que les importa muy poco el acabar con estas sendas. Hay que denunciar estas prácticas camufladas como "deportivas" para que las autoridades competentes detengan el deterioro de estos singulares caminos de montaña tan beneficiosos para los que transitan por ellos a pie, como debe hacerse.

Grandes destrozos realizados por el paso de motocicletas por caminos de montaña.